[dropcap]L[/dropcap]levo tiempo observando cuidadosamente a parejas peleando en la calle, conocidos terminando una relación e incluso matrimonios en crisis. Cuando te pones a analizar detalladamente las razones de sus peleas te das cuenta que a veces pueden ser tan absurdas y ridículas que son difíciles de creer. Naturalmente que resulta complicado darse cuenta de eso cuando eres tú quien se encuentra discutiendo a mitad de la calle o gritando desde la habitación hasta la cocina en medio de una pelea. Y es que llegado este punto hay un sin número de variables que estan afectando de manera directa esa discusión:
- La ira que se contagia de uno al otro, sin importar quien se haya enojado primero.
- La frustración de querer que las cosas esten bien y que estén cada segundo peor.
- El orgullo que nos obliga a querer tener la razón y no poder aceptar un error.
- La deshonestidad personal que no nos permite ser sinceros con nosotros mismos y aceptar que tal vez no estamos dando lo mejor que tenemos.
- La importancia que le damos a lo que puedan pensar o decir los demás.
- Las experiencias que hemos vivido con esa persona.
- Errores del pasado y algunas veces hasta el tiempo que llevemos juntos.
- El miedo a aceptar que quizá esa persona no es para nosotros.
Podría seguir con la lista pero llega un momento que son tantas variables que resulta casi imposible solucionar las cosas, cuando en realidad todo pudiera ser un poco más simple.
El ser humano es complejo por naturaleza, asi es como siempre hemos vivido y es una de las razones por las que el mundo en el que vivimos es como es (un completo caos). Creemos ser seres racionalmente avanzados pero al estar llenos de emociones y no saber manejarlas, llegamos a ser tan inteligentes como un grupo de primates hambrientos.
Y resulta verdaderamente cómico cuando algún amigo o conocido nos pide un consejo después de discutir con su pareja… Cualquiera con una pizca de sentido común es perfectamente capaz de darle una solución al “enorme” problema, pero cuando somos nosotros los que nos encontramos en medio de esa contrariedad olvidamos los cientos de consejos que dimos antes y aunque los recordemos somos incapaces de ponerlos en práctica porque simplemente nuestras emociones nos dominan.
Tienes idea de cual es el tiempo máximo que una persona puede convivir con otra como pareja? La biología dice que 3 años es el tiempo que dos personas pueden vivir juntos, tiempo suficiente para conocerse, enamorarse y reproducirse. Estos 3 años es la etapa de enamoramiento y es la etapa en la que nos sentimos más atraídos a nuestra pareja. Después de esos 3 años esa increíble etapa termina. Y entonces uno pensaría que todo sería perfecto si las personas solo se conocieran, se enamoraran, copularan y terminaran después de 3 años. Puedes imaginar cuántas discusiones nos evitaríamos? Puedes imaginar cuantos billones de personas más seríamos en el mundo? Afortunada o desafortunadamente eso se refiere solo a la parte biológica, faltaría tomar en cuenta la parte psicológica y sentimental.
Algunos psicólogos dicen que el cerebro no esta programado para convivir más de 20 años con la misma persona y otros más extremistas se apegan a la cuestión biológica y creen que para ser feliz es necesario cambiar de pareja cada 5 años. Imaginense cambiar todos de pareja cada 5 años. Supongo que esto sería absteniéndose de crear una familia o tener hijos, sino no podría imaginar el caos que sería.
Sea como sea, ciertamente es esencial darse cuenta que en algún momento estaremos hartos de esa persona que nos ha acompañado en la vida más tiempo que cualquier otra, estaremos hartos de la persona que más queremos y me atrevo a decir que en algún momento estaremos hartos de aquel o aquella que consideramos el amor de nuestra vida.
Y entonces que hacer? Habrá que cambiar al modo “pareja nueva cada 5 años”? O debemos hacernos a la idea de que la vida es así y resignarnos a pelear 2, 3, 4 o 7 veces a la semana?
Sólo soy un simple mortal escribiendo un artículo, sin embargo estoy convencido de que somos capaces de vivir y estar con la persona que queremos durante el tiempo que sea… Obviamente no será fácil! Pero se trata de llevar la fiesta de la mejor forma posible, puesto que a fin de cuentas el objetivo de todo esto es ser feliz y si no cumplimos ese objetivo entonces estamos hechando nuestra vida por la borda. Y para poder ser felices en una relación larga y formal es imprescindible aprender a darnos cuenta de lo que pasa con nosotros y con nuestra pareja. Analizar y profundizar para poder ser: prudentes, sensatos, honestos, valientes y humildes.
Porque si somos capaces de tener la prudencia para escuchar los argumentos del otro, la sensatez para darse cuenta de que lado esta la razón, la honestidad para no mentirnos a nosotros mismos sobre que tan buenos o malos hemos sido, la valentía para poder caer en la cuenta de que tuvimos un error y afrontar las consecuencias de dicho error, y la humildad para poder tomar lo bueno, aprender de los errores y moldearlos para ser mejores personas; entonces podremos crear relaciones tan fuertes que difícilmente se podrán terminar.
Es imposible vivir en un mundo color de rosa, pero es totalmente posible hacer que el mundo en el que nos encontramos tenga más días soleados que nublados.
Quizás te preguntes cual era el punto principal de este artículo… Mi objetivo es hacerte ver que todas las parejas tienen problemas, pleitos, discusiones, desacuerdos; pero todo eso es provocado por nosotros mismos y somos nosotros quienes tenemos el poder de minimizar esas situaciones. Es como si nosotros mismos sabotearamos nuestra relación.
La próxima vez que estés en medio de una discusión con tu pareja, analiza la situación de manera objetiva, separa las emociones, localiza la fuente del problema y busca una solución evitando lo más que puedas herir o lastimar al otro a causa de tu enojo.
En esta vida debemos ser felices, sino lo somos es porque algo estamos haciendo mal.
Cuando fue la última discusión que tuviste y como se solucionó?