Hola pequeña, no te conozco aún porque el momento perfecto para hacerlo no ha llegado, pero decidí escribirte esta carta porque sé que el día que nos veamos por primera vez sea probablemente el mejor día que tendremos en mucho tiempo.
Dejame prevenirte un poco sobre como serán las cosas; de este modo no habrá tantas sorpresas. Nos conoceremos de una manera poco común, bajo circunstancias ideales. Parecerá que el universo conspiró para que tú y yo tuviéramos ese pequeño encuentro y pudiéramos empezar a escribir nuestra historia. Seré el hombre perfecto para ti: romantico, atento, caballeroso, lindo, increíblemente atractivo, gracioso, inteligente, interesante e incluso misterioso. Seré para ti un verdadero príncipe azul. Quizá parezca que las cosas entre nosotros no pueden ser, quizá habrá un poco de drama o tal vez viviremos en ciudades diferentes, pero como tu príncipe azul siempre buscaré la forma de que estemos cerca y de que todo funcione bien.
Empezaremos a tener muchos momentos juntos, nos pondremos apodos cursis y nos hablaremos de forma “mimada” como si tuviéramos retraso mental, pero eso no importará porque estaremos tan enamorados que todo será perfecto. Nos daremos regalos y detalles cada mes para festejar que hemos cumplido 30 días más juntos. Nuestros amigos nos empezarán a reclamar porque dejamos de salir con ellos por estar solo tu y yo juntos.
Sentirás que nunca en tu vida has estado tan enamorada como ahora y una pequeña parte de ti se sentirá vulnerable pero al mismo tiempo aliviada cada vez que te tenga entre mis brazos. Te sentirás tan protegida que sentirás que nada en este mundo puede dañarte mientras estés conmigo.
Empezaremos a llenar cajas y cajones con recuerdos de cartas, regalos, detalles, boletos del cine, tickets de conciertos, entradas al teatro, envolturas de dulces, peluches y todas las cosas que compartiremos. Pensarás que necesitas una habitación más grande para guardar todo pero la verdad es que no, porque en algún momento los detalles serán cada vez menos. Habrá menos regalos, menos chocolates, menos dulces, menos flores con el paso del tiempo. No porque te este dejando de querer sino porque nuestra relación esta pasando a otro nivel.
Iremos a un sin número de reuniones familiares y tendremos conversaciones con nuestras respectivas familias un sin número de veces solo para quedar bien. Seguramente tu madre me amará y te dirá que soy un buen partido, mientras que tu padre simplemente estará satisfecho con verte sonreir todos los días. Nuestros pleitos serán por cosas tan insignificantes como el hecho de decidir “quién quiere más a quien”. En verdad todo será perfecto, será como vivir en un cuento de hadas con tu príncipe azul.
En algún momento, en el que ni tu ni yo nos daremos cuenta, las cosas empezarán a cambiar un poco. Inconscientemente seré un poco menos atento, menos caballeroso, menos detallista; pero eso no importará porque tú me seguirás viendo como tu principe azul y tu para mi seguirás siendo la mujer más increíble en el mundo.
Después empezaremos a salir nuevamente con nuestros amigos y a tener actividades individualmente. En algún momento habrá pleitos más fuertes, incluso habrá momentos en los que deseemos un momento para estar solos. Es posible que empiecen a salir cosas de nuestro pasado y que nos empiece a causar algunos problemas, pero no importa porque los resolveremos.
Te darás cuenta que cada vez tengo más errores y defectos en mi personalidad y en mi físico. Pensarás que son defectos nuevos, como si me estuviera convirtiendo en alguna especie de monstruo con el tiempo; la realidad es que esos defectos estarán ahí desde un principio pero serás inmune a ellos por un tiempo, después empezarás a verlos y a tomarlos en cuenta cada vez más.
Estaremos expuestos a una infinidad de variables cada día de nuestra relación: la escuela o trabajo, la familia, el estrés, el tráfico, pendientes por hacer, nuestra memoria para recordar cosas importantes, nuestro carácter para manejar situaciones o problemas, tu periodo menstrual, mi paciencia y un largo etcétera. Muchas veces la incorrecta combinación de esas variables provocará peleas fuertes entre nosotros. Cuando discutamos querré ir a desahogarme con mis amigos, despejar mi mente y olvidarme de todo. Eso quizá no te guste o quizá te dé lo mismo, de cualquier forma tú también tendrás tu forma de manejar esas situaciones.
Empezaré a ocultarte cosas por el simple hecho de evitar pelear. Después tu te enteraras de esas cosas y me reclamarás por no haberte dicho antes. Te diré que no lo hice porque no lo considere importante y quería evitar una pelea. Lamentablemente esto pasará muchas veces, porque con cada pleito o discusión yo reforzaré la idea de que para evitar peleas es mejor ocultar los problemas. Y seguramente me costará mucho trabajo entender que tal vez es mejor decirte las cosas y afrontar pequeños pleitos que ir perdiendo tu confianza con el tiempo cada vez que te oculte algo.
Sin embargo, tu tampoco serás el ejemplo a seguir porque harás lo mismo en algún momento.
Llorarás por mi culpa y empezarás a atormentar a tus amigas con historias sobre nosotros y sobre la última pelea que tuvimos. Te preguntarás dónde está ese hombre del que te enamoraste, que te hacia reir todos los días y que ahora raramente lo logra. Habrá muchos hombres que te quieran cortejar, pero tú no le harás caso a ninguno porque estarás enamorada de tu “príncipe azul”. Pero lamentablemente empezarás a reclamarme en tu mente sobre porque otros hombres se mueren por estar contigo, te dicen cosas lindas y se portan como unos caballeros; y porque yo he dejado de tener todas esas atenciones contigo. En algún momento tu reclamo me lo dirás en voz alta; cuando lo hagas seré el mismo que conociste por los próximos 3 días, después regresaré a la normalidad. Será como si me hubieras dado la poción del “príncipe azul” nuevamente pero con una duración de solo unos días.
Será complicado para los dos manejar las cosas, no significará que ya no nos amemos, solo significará que la relación necesita más trabajo, más compromiso y más sacrificio. Desafortunadamente no puedo decirte en este momento si encontraremos la forma de obtener todo eso, lo único que sé es que yo estaré tan perdido como tú.
Las cosas entre nosotros serán como una montaña rusa, a veces estaremos arriba y a veces abajo, las cosas estarán increiblemente muy bien y después muy mal. Llegará un momento en el que te preguntes si aún existe amor entre nosotros o si solo es la costumbre de estar tanto tiempo con una misma persona. Con un poco de suerte, nuestra madurez y aprendizaje sobre la relación nos ayudará a darnos cuenta que la solución no está en encontrar a la persona perfecta, al príncipe azul o a la princesa de cuentos de hadas; sino en aceptar los defectos y virtudes de la persona que nos interesa, decidir si estamos dispuestos a vivir con esos defectos sin querer cambiar a la otra persona y en caso de ser así, amar a esa persona con cada uno de esos defectos. En otras palabras, si quieres que nuestra relación termine en un “vivieron felices para siempre” tendrás que aceptar que no soy un “principe azul” y que de hecho nunca lo fui.
Entonces, y solo entonces dejarás de compararme con otras personas, incluyendo a esa que conociste el primer día que nos vimos (Yo). Y podremos hacer que las cosas funcionen entre nosotros.
Pero también debo advertirte que es posible que las cosas no funcionen, que nos falte madurez y experiencia o que simplemente nos demos por vencido. Si ese es el caso te aseguro que siempre te recordaré y que me reconforta el hecho de que todo lo que aprenderemos de nuestra relación nos ayudará a hacer feliz a otra persona. Es posible que simplemente te equivoques al momento de elegir a tu “príncipe azul que no es príncipe azul”.
De cualquier modo amor mio… el día que te conozca, no me veas como tu príncipe azul; porque será muy doloroso ver como me convierto en una decepción de tus altas expectativas.
Cuidate mucho y nos vemos pronto.
Con amor,
Tu Principe Azul
Twitter: @christiantre